Hablemos de Edgar Allan Poe leído por músicos y actores como Iggy Pop o Christopher Walken...
CLOSED ON ACCOUNT OF RABIES es una de
las rarezas literario-musicales más deliciosas y sugestivas que nunca se hayan grabado
y publicado en el hoy tan denostado formato “Compact Disc”. Doble disco aparecido
en diciembre de 1997, este selecto
proyecto aúna algunas de las voces más atractivas del mundo del rock y del cine, para abordar las historias y poemas más
escalofriantes de Edgar Allan Poe. Todo un tributo al maestro del Romanticismo estadounidense que suma
con audacia literatura, rock y cine. Ideal para disfrutar en la oscuridad de la
noche.
Las voces: música pop y cine para
un genio de la literatura
Lo sobrenatural y el terror siempre
han sido una inagotable fuente de inspiración y de creación de la que se han
nutrido innumerables artistas, cineastas y músicos, interesados en el misterio
y la oscuridad inherentes al ser humano. Tras una etapa de menosprecio por su
obra después de su muerte (1849) en extrañas circunstancias, el escritor de
Baltimore halló una contracorriente posterior donde encajó a la perfección con
el espíritu de una subcultura latente durante todo el siglo XX y que aún hoy,
en menor medida, perdura.
Closed on
account of rabies está producido
por el gran creador de álbumes tributo Hal
Willner y lo presenta visualmente una maravilla de portada a cargo del
ilustrador Ralph Steadman —colaborador
estrella del escritor Hunter S. Thompson
(Miedo y asco en las Vegas)—El álbum está dedicado a la memoria
de Jeff Buckley y Allen Ginsberg,
fallecidos poco antes de su publicación.
En sus dos discos, titulados "Burglars
singing in the cellar" y "The devil's brew", nos
encontramos con una selección de distinguidas voces provenientes del cine y de
la música pop, recitando las aterradoras historias de misterio de Poe sobre un
tapiz sonoro minimalista y evocador.
Eminentes figuras del mundo del
cine como los conocidos actores Christopher
Walken (The deer hunter, A view to a kill, Pulp Fiction), Gabriel Byrne
(El hombre de la máscara de hierro, Sospechosos habituales) o el director Abel Ferrara (Teniente corrupto) y músicos de la talla de Iggy Pop, el malogrado Jeff
Buckley, la siempre inspiradora Marianne
Faithfull, Debbie Harry desde Blondie, Gavin Friday —líder de la banda post-punk The Virgin Prunes—,el cantante de blues Dr. John o la vanguardista cantante-compositora Diamanda Galás. Todo un carrusel de
voces y personalidades para homenajear al escritor.
La música
La música, o pieza sonora, funciona
de manera irregular en cada grabación. Se trata, en su gran mayoría, de
minimalistas paisajes sonoros que, en el mejor de los casos, crean una
atmósfera propicia que ayuda al oyente a canalizar las palabras y a introducirse
de lleno en la historia, enriqueciendo el texto y dotándolo de intensidad extra;
y en el peor, son solo un adorno carente de la simbiosis necesaria, salvado únicamente
por la voz al cargo. En ocasiones, el añadido pudiera dar la sensación de “poco
trabajado” o de adición insulsa, y en realidad es así en algunos cortes. Sin
embargo, no hay que olvidar que las verdaderas protagonistas de este singular audio-libro
son las personalísimas voces con las que cuenta el tributo, cada una con sus
cualidades, y que, gustos aparte, desarrollan el cometido de manera
espectacular y altamente disfrutable para el oyente.
Las lecturas destacadas
Christopher
Walken y The raven (El cuervo)
No son fáciles de olvidar las
lecturas, ya clásicas, que otros actores como el maestro del terror Vincent Price –muy familiarizado con la
obra de Poe- o el perfecto villano Christopher
Lee han realizado del poema insignia del goticismo estadounidense. Después
de Lee, el oscarizado Christopher Walken
es el segundo villano de la saga James Bond que recita El
cuervo (1845), cuya lectura se ha convertido en una especie de
iniciación al lado oscuro de la literatura y el arte.
La nada convencional dicción del
actor neoyorquino —y ex-domador de leones— es de sobra conocida, y su ritmo
errático o sus sorprendentes cambios de entonación con pausas inesperadas se
disfrutan (y mucho) con esta lectura, la cual cuenta con un fondo sonoro de viento, truenos, abstractas pinceladas de
guitarra eléctrica y graznidos, conformando un manto atmosférico muy acertado. Además,
las originales cualidades expresivas del actor y un fuerte acento adquirido del
crisol cultural habido en el barrio de Queens en el que creció, le otorgan a
Walken una extraña capacidad para potenciar lo que el escritor llamaba “unidad
de efecto”, con sus hipnóticas repeticiones.
Iggy
Pop
y The tell-tale heart (El
corazón delator)
El lado oscuro del señor Pop ha
sido siempre una marca de la casa. Dotado de una voz tan poderosa, cruda y
profunda como raramente seductora, el cantante, en ocasiones actor, y siempre
perfecto maestro de sombrías ceremonias, aborda el famoso relato publicado en 1843
con el tono más punk con el que nunca se ha leído a este renovador de la
narrativa gótica. A golpe de oníricas e hipnóticas notas, como si de una
tétrica caja de música se tratara, el cuento desemboca en un alarde de
plasticidad vocal del ex-Stooges,
inflamando una de las historias más inspiradoras del escritor, y que ha sido
también llevada con éxito al terreno de la música pop a cargo de la fabulosa
banda argentina Soda Stereo, con un
tema de esos que, además de marcar una diferencia, se congratulan en la
sanamente infecciosa relación del rock
con la literatura.
Marianne Faithfull y Annabel Lee
La estrecha relación que la
baronesa ha tenido siempre con la literatura ha permitido incluso abonar
jardines ajenos. Gracias al regalo que le hizo a su por entonces pareja, Mick Jagger, hoy podemos disfrutar de
ese maravilloso himno llamado “Sympathy
for the devil”. Y es que el ejemplar de El maestro y Margarita
que la cantante y actriz legó al líder de los
Stones germinó en una de las gemas del rock mejor conectadas con su
inspiración literaria. Fuera la soberbia novela de Bulgákov o, según declaraciones del músico, la figura de Baudelaire —a su vez seguidor y
divulgador de la obra de Poe— la fuente para la canción, lo cierto es que
Faithfull lleva la literatura hasta la consanguineidad, al ser descendiente del
escritor austriaco Leopold von
Sacher-Masoch, autor de una obra capital para la historia del rock como es La Venus de las pieles (Venus in furs)
Con voz penumbrosa pero suave y en
apenas dos minutos y medio, la cantante maneja el último de los poemas compuestos
por Poe guiada por una brisa de sintetizadores que aporta más bien poco a la
pieza. Publicado póstumamente, Annabel Lee es otra de las conocidas
creaciones del escritor que han sido revisadas acertadamente por la música pop,
con la canción homónima que Radio Futura
firmó allá por 1987 para su exitoso álbum La canción de Juan Perro.
Jeff
Buckley y Ulalume
Ulalume es, como Annabel
Lee, otro genial poema sobre la muerte de una mujer; esta vez la de Virginia Clemm, esposa —y prima— del
autor, fallecida prematuramente por tuberculosis en 1847. La pieza adquirió una
conexión siniestra cuando, poco después de esta grabación, Buckley fue hallado muerto ahogado, cinco días después de desaparecer en misteriosas
circunstancias a orillas del río Wolf a su paso por Memphis mientras cantaba “Whole
lotta love” de Led Zeppelin.
La igualmente prematura desaparición
de una de las promesas más solidas del rock de los 90 y de las mejores voces de
la música anglosajona de todos los tiempos (inolvidable su versión del “Hallelujah” de Leonard Cohen en su imprescindible Grace), hace que escuchar
este corte sobrecoja al oyente. Con su característica voz, tibia, melancólica pero
confortable, y esa manera de recitar rítmica y precisa, el corte encaja, esta
vez sí, a la perfección, con la ambientación sonora propuesta: imaginamos “la brumosa región de Weir”, sus bosques
embrujados y el lúgubre sentimiento del poeta a través de cierto tono
crepuscular, creando la acertada e intensa simbiosis que el mismo título,
proveniente tal vez del latín ululare(gemir), sugiere.
Debbie
Harry con The Jazz Passengers y The city and the sea
La aportación de Deborah Harry
acompañada de los Jazz messengers de Art
Blakey rompe con el formato recitado hasta ahora presentado. The
city in the sea, poema inmerso en la ciencia ficción, es
interpretado como un decadente himno jazzístico cantado, con algún breve pasaje
que se recita en sus ocho minutos de duración intercalados por unos
providenciales cambios de ritmo que dinamizan la lectura y por lo tanto la
escucha. La pieza constituye un buen balón de oxígeno del recitado común en el
contexto integral del álbum, enriqueciendo el aspecto musical y llegando este a
su mejor momento.
El poema es, asimismo, con The city under the sea (La
ciudad sumergida) otra de las adaptaciones cinematográficas de Poe que
Vincent Price llevó al séptimo arte, tras La caída de la casa Usher (1960), El
cuervo (1963) y La máscara de la muerte roja (1964).
Sin duda, Closed on account of rabies
pertenece a ese espectro de maravillosos trabajos enmarcados en lo atípico y lo
curioso. Un fantástico ejemplo de la harmonía existente entre la literatura y
el cine, entre la poesía y la música pop, felizmente entrelazados en esta
audio-antología que hará las delicias del oyente. Recetado para amantes de la
literatura, el rock, el terror, el misterio, la noche y la oscuridad: Poe de
fin de siglo XX.
Solo déjate llevar por las voces.
CD
1 Burglars singing in the cellar
"
Alone " leído por Marianne Faithfull - 1:30
"
The Raven " leído por Christopher Walken - 8:30
"
The tale-tell heart” leído por Iggy Pop - 14:26
"
The conqueror worm" leído por Ken Nordine - 3:00
"
The black cat " leído por Diamanda Galás - 36:58
"
For Annie " Leído por Gavin Viernes - 5:21
"
To Helen ", cantada por Ed Sanders - 2:29
CD
2 The Devil's Brew
"
The haunted palace ", cantado por Ed Sanders - 5:42
"
Ulalume " leído por Jeff Buckley - 6:13
"
Berenice " Leído por el Dr. John - 27:42
" The city in the sea " interpretada
por Deborah Harry y The Jazz Passengers -
8:04
"
Annabel Lee " Leída por Marianne Faithfull - 2:24
"
The masque of the red death " Leída por Gabriel Byrne - 18:13
"
The Raven " leído por Abel Ferrara - 1:57
© David de Dorian, 2021
(Ilustración: Autor desconocido)
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