Hablemos de 101 discos de los 90 clásicos y no tan clásicos...
11- THIS IS HARDCORE, 1998 (PULP)
Si ese monumento
llamado Different class era una
fiesta, This is Hardcore es la resaca.
Jarvis Cocker daba paso a profundas reflexiones nocturnas y los de Sheffield
nos brindaban otra obra maestra: grandilocuente, dramático, glamuroso,
cinematográfico, obsceno, elegante, lírico, como encontrarte a media noche sólo
en el pasillo de un hotel decadente. Comienzos claustrofóbicos con “The fear”, evocando
la noche anterior a lo Bowie con “Party hard”, el bajón del día después con “TV
movie”, redención melancólica en “Sylvia”, la intensidad de lo vivido con “Glory days” y, ante todo, la apoteosis
fílmica de la colosal pieza que da nombre al álbum: Porque esto es hardcore.
12- GRACE, 1994 (JEFF BUCKLEY)
Jeff Buckley fue
el Jesucristo del rock de los 90: vino, difundió su palabra y ascendió para
siempre joven y divino. No en balde son legión quienes predican de alguna
manera la nueva que el hijo de Tim trajo al mundo (Radiohead, Muse, Starsailor,
Rufus Wainwright) Su voz fue celestial,
y todo lo que le rodea, comenzando por el revelador título de éste, su único
álbum, está impregnado de “un algo” sagrado. Su portentosa destreza a la
guitarra y su extremismo vocal de profunda originalidad interpretativa
convirtió todo un clásico como “Hallellujah” en una desgarradora aria, el Nuevo
Testamento que superaba al Viejo de L.Cohen.
Y ¿lo demás?, pues también evangelio.
13- MENTAL JEWELRY, 1991 (LIVE)
El
rock-alternativo comenzaba a despegar en pleno auge del grunge gracias al surgimiento de bandas como Live y su magnífico álbum de debut. Mental Jewelry contiene una buena colección de canciones basadas en
los escritos del filósofo hindú Jiddu
Krishnamurti.
Potentes temas como “Pain lies on the Riverside”, “Operation spirit”,
“Waterboy” o “The beauty of grey”, repletos de reflexiones espirituales a cargo
de su líder, Ed Kowalczyk. Discos como
éste o su predecesor, el superventas Throwing
Copper, hicieron que la banda llegase a endosar la friolera de 20 millones
de copias alrededor del mundo; viniendo de una banda alternativa por algo
sería.
14- EL
ESPÍRITU DEL VINO, 1993 (HÉROES DEL SILENCIO)
Entre lo
espiritual y lo pagano, el disco más excesivo de los Héroes está repleto
de temas mayores. Siempre épicos, este grande del rock patrio, producido por
Phil Manzanera (Roxy Music) está influido por las drogas y una estancia en
Katmandú. Himnos en castellano críptico, “La herida”, “Sirena varada”, “Flor de
loto”, el rock en todas sus vertientes de los zaragozanos acusaba barroquismo,
experimentación y un atractivo aire gótico. Desde temas ligeros como “Tesoro” o
“La apariencia no es sincera” hasta la dureza inyectada en vena de “Sangre
hirviendo” o “Los placeres de la pobreza”, pasando por joyas como “Bendecida” y “La alacena”. Completísimo.
15- AMPLIFIED HEART, 1994 (EVREYTHING BUT THE GIRL)
Un disco sobre
el desengaño y las desilusiones amorosas, sin alardes instrumentales ni
altibajos, y con la sugestiva voz de Tracey Thorn, no podía sino estar
preparado para momentos de bajo ánimo y melancolía. El octavo álbum de EBTG es
su trabajo más básico –acústico si lo
prefieren– y a la vez más introspectivo. Suavidad sonora para tormentas
emocionales en “Rollercoaster”, “Troubled mind”, “Get me” o “Missing”, el verdadero corazón (amplificado)
del álbum, una tremenda canción sobre la pérdida y la nostalgia por el amor
perdido, todo un éxito que se vuelve a incluir al final del disco en forma de
remezcla, amplificación –esta sí- que los metió de lleno en la gran audiencia.
Nigel Godrich,
productor del aclamado Ok Computer de
Radiohead, fue el encargado de convertir el sonido y las canciones de los
escoceses en el suculento nuevo plato que la crítica adoraría por muchos años. The man who es uno de los discos más
accesibles y agradables de la década. Un disco para tardes frías de domingo,
pop sofisticado repleto de fantásticas melodías, entre la balada depre y el
medio tiempo, dulces guitarras siempre complacientes y la voz taciturna de Fran
Healy. Grandes y exitosos temas como “Why does it always rain on me?”, “Turn”,
“Driftwood” o “Writing to reach you” hicieron de Travis un grupo de
reconocimiento internacional y a tener en cuenta la década siguiente.
17- IN A BAR.UNDER THE SEA, 1996 (dEUS)
Inclasificables,
vanguardistas, innovadores, originales, esta peculiar banda belga siempre ha funcionado
como una cooperativa de inquietos artistas con un total control de toda su
producción: desde la misma portada de sus álbumes hasta sus bizarros videoclips.
Partiendo de su música, en In a bar,
under the sea, dEUS dejan constancia de su incontinencia creativa y bello
caos estilístico, moviéndose de una manera sorprendente por terrenos siempre
dispares (rock, jazz, noise, pop). El resultado es un disco brillante y
surrealista, de extrañas y atractivas melodías, “For the roses”, “Little
arithmetics”, “Theme from Turnpike”, “Dissaponinted in the sun”... Hail to the freaks¡
18- WITHOUT YOU I´M NOTHIG, 1998 (PLACEBO)
El segundo
trabajo de la banda del andrógino Brian Molko se presentaba oscuro y desolador
con ese título. Un disco notablemente más maduro que su debut y con evidentes
referencias al glam-rock y el punk; intenso desde el primer corte –potentísima
“Pure morning” –, y que no decae ni en sus momentos más calmados –“Ask for
answer”, “My sweet prince” –. Molko le sigue cantando a la desesperación con
brío y pasión –“You don´t care about us”– y sus melodías envolventes y
nocturnas atrapan al oyente desde la primera escucha, de una manera
instantánea –“Every you every me” – y
plena de emociones –“Without you i´m nothing” –.
19- UNPLUGGED IN N.Y., 1994 (NIRVANA)
MTV puso de moda
a principios de los 90 los “conciertos desenchufados”, trascendente iniciativa
que nos legó brillantes actuaciones en directo (Cure, Springsteen, Duran Duran)
Sin duda, la más famosa fue la de Nirvana, ayudada por la fecha de su
publicación, pocos meses después del suicidio de Cobain, aunque su grabación
data de noviembre de 1993. El disco póstumo de los de Seattle es toda una
delicia sin distorsiones, el grunge
sonando sin rabia pero aún más desolador. Que Nirvana era algo más que furia y
ruido se demostró gracias a la desnudez de sus composiciones y la lectura de
clásicos en covers como “The man who sold the world”. Acertado final.
20- SCREAMADELICA, 1991 (PRIMAL SCREAM)
Considerado uno
de los mejores álbumes de todos los tiempos, el tercer trabajo de Primal Scream
logra crear una confabulación musical perfecta entre el rock y estilos tan
diversos como el house, el dub o el góspel. Todo un alarde de experimentación
bien encauzada que supuso una verdadera revolución musical y puso en boga la
cultura rave del momento. La innovación de Screamadelica
estriba en el brillante acoplamiento de texturas
bailables y modernas a melodías clásicas de rock psicodélico, en una gran labor
de producción y ejercicio imaginativo que patentaba novedosas piezas entre las
que destacan “Loaded”, “Come together”, “Movin´on up” o “Higher than the sun”.
21- THE LA´S, 1990
The La´s facturaron una de las canciones
más deliciosas que nunca se hayan creado, me estoy refiriendo a “There shegoes”, un auténtico himno universal que ha sido versionado y utilizado
infinidad de veces, una canción que despertó siempre admiración – Liam
Gallagher comentó que se trataba de su tema preferido (¿?) – Pop con mayúsculas
para una banda que únicamente nos legó este disco homónimo y que procediendo de
Liverpool no podían sino fabricar dignas melodías. Su sonido, entre retro y
moderno, anticipa lo que sería poco después en todo su esplendor la melódica
del Brit-pop, siendo elogiados por el todopoderoso Morrissey y con la garantía
de haber trabajado con algunos de los mejores productores de la época.
© David de Dorian, 2013
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