Hablemos de 10 novelas depresivas y geniales...
La
visión de un buen número de escritores sobre la raza humana ha estado siempre
bastante lejos de ser algo positivo y alegre. Algunas de las obras más
trascendentes y geniales de la literatura universal han pasado también a la
historia por ser igualmente de las más depresivas. El carácter crítico y
autocrítico sobre la sociedad y la naturaleza humana de muchas de ellas, han
hecho que estas novelas resulten una experiencia nada amable con un alto grado
de desolación que a ningún espíritu le dejará indiferente. Aquí repasamos
algunas de estas novelas cuyo tono depresivo es equiparable a su grandeza.
1- PLATAFORMA (MICHEL HOUELLEBECQ)
La
tercera novela del francés causó un gran revuelo por su tono islamófobo, que lo llevo a los
tribunales por “injurias raciales” en un sonado juicio. Plataforma es una de las novelas más misántropas jamás escrita. Su
visión sobre la sociedad, el estado, las mujeres o el sexo son demoledoras y sus
escenas están descritas de una manera cruda, sincera, humana, o sea, asco. Nihilismo
de clase media occidental, turismo sexual, terrorismo islámico, la crisis de la
mediana edad, todas experiencias truculentas. Puede producir shock.
2- ÚLTIMA RESACA (PATRICK HAMILTON)
Traducida
por primera vez al español el pasado año desde su publicación en 1941, el escritor
británico Patrick Hamilton (autor de La soga, llevada al cine por Hitchcock) nos
enfrasca en una tremenda historia de alcoholismo, enfermedad mental y
manipulación amorosa a través de la vida espartana y de bajos fondos londinenses
de George Harvey Bone, cuya obsesión le lleva a planear macabras acciones y a
lidiar con lo que es o no real. Un autor recomendable al que más vale leer en
épocas de bonanza psíquica, ahí Los esclavos
de la soledad.
3- LA TREGUA (PRIMO
LEVI)
Esta
es la novela de continuación de aquella obra maestra llamada Si esto es un hombre, donde describía su
vida como judío recluido en Auschwitz hasta la liberación por el Ejército Rojo.
El autor italiano no se quedó ahí, y si la primera ya era una demoledora, La
tregua, en su periplo para llegar a su hogar en Italia, resulta sencillamente
desesperanzadora. Sufrir el horror nazi en un campo de exterminio no será el
peor de sus fantasmas, sino la mera existencia tras ello en un mundo
deshumanizado ya por completo.
4- BERLIN ALEXANDERPLATZ
(ALFRED DÖBLIN)
La
intención de volver a ser una persona de bien y alejarse de una vida
trastornada a veces resulta contraproducente. Es lo que ocurre con el
entrañable, pero mártir y bobalicón hasta las entrañas, de Franz Biberkopf, el
desdichado personaje de esta novela sobre el mundo obrero y delincuente del
Berlín en crisis de la República de Weimar. A mitad de novela uno se pregunta
qué más puede pasarle al ingenuo de Franz, y cuando parece que ha llegado a
tocar techo…zas. Desolación una tras otra.
5- LA CAMPANA DE CIRSTAL
(SYLVIA PLATH)
Sylvia Plath no fue de por sí un personaje alegre. Su dramática y atormentada vida con
final trágico dejó algunos de los poemas más desoladores del siglo XX y esta
novela, publicada en 1963 con el seudónimo de Victoria Lucas. Novela autobiográfica,
la protagonista retrata en su endiablada depresión y un trastorno bipolar contundente
su enajenación vital y sus avatares hasta ser recluida en instituciones psiquiátricas
y sometida a terapia de electroshock. Un mes después de su publicación Sylvia
se suicidó en su domicilio de Londres.
6- EL CASTILLO (FRANZ
KAFKA)
La
inadaptación al sistema social y la opresión del estado tiene su obra cumbre en
esta novela de Kafka publicada póstumamente. El ambiente descrito en la novela
es uno de los más depresivos jamás plasmados en una obra literaria, por cuanto
tiene de irreal y nebuloso, el sinsentido de la existencia, la imposibilidad de
acceder a la misma, que algunos individuos pueden llegar a sentir en su perfil
inadaptado, como el agrimensor K, que no llega a comprender una situación en la
que todo aparece como un vago sueño que va tornando en pesadilla.
7- 1984 (GEORGE ORWELL)
Nos
vamos acercando. El tono opresivo, la inadaptación, la impotencia, el
sinsentido, la desesperanza. ¿Qué decir de una novela como 1984? Ver día a día
cómo la visión de Orwell se va construyendo ante nuestra impávida mirada y
saber que no habrá salida limpia a todo eso ya es deprimente, leerla por
primera vez resultará algo atronadoramente desolador. Si aún no te has lanzado
a una de las mayores obras y más actuales de la literatura universal has de
saber que el sabor que dejará en ti será el más amargo.
8- EL SEÑOR DE LAS
MOSCAS (WILLIAM GOLDING)
Alegoría
de la raza humana en una caracola de mar. El
señor de las moscas es la metáfora de una humanidad cuyas sociedades han
perdido la inocencia tras la barbarie Segunda Guerra Mundial. Todo se vuelve
más deprimente y triste cuando la maldad humana es caracterizada por un grupo
de niños, cuya supervivencia en una isla desierta les obliga a construir su propio
estado y sus propias leyes, donde no falta el miedo, la superstición, la
crueldad, la injusticia, el sadismo o el autoritarismo. Lectura obligada.
9- ESPERANDO A GODOT
(SAMUEL BECKETT)
Aunque
se trata de una obra de teatro, esta tragicomedia magistral no puede faltar en
una lista así por su desesperanzador mensaje. Y es que el teatro del absurdo es
justamente eso, retratar la falta de sentido y el tedio inmisericorde de la
vida humana junto al autoengaño cotidianos para subsistir un día más: “pero mañana seguro que sí”, aunque
sepamos que nunca llegará. Esperando a
Godot es cuando el existencialismo se torna en depresión pura y no hay nada
más que pueda hacerse que esperar a nada.
10- JUDE EL OSCURO
(THOMAS HARDY)
Tras
la publicación de esta novela en 1895, hasta un obispo llegó a quemar en público
la obra, debido a los radicales planteamientos (para la época) expuestos por
Hardy sobre el matrimonio, el amor, el sexo y la visión acerca de una sociedad
que aniquila sin piedad a quienes no aceptan vivir conforme a sus estúpidas normas.
Jude el oscuro es la historia de un
personaje vapuleado por todos los aspectos de la vida, donde no encontrarás
finales felices, solo desengaño tras desengaño sin cansancio.
© David de Dorian, 2014
(Ilustración: Cristopher Gray)
A mí me deprimió (y encantó muchísimo) Memorias del subsuelo, del gran Fiodor. Una novela cortita, muy reflexiva y muy de abrirse las venas también. Qué buena tu selección, me encant hayas incluido al genial Houellebecq, porque (polémicas aparte) si algo hace ese señor con sus novelas es generar huecos de desesperación en el estómago...uno tras otro. ¡Un saludo!
ResponderEliminarOh, Memorias del subsuelo, qué gran novela, y que gran estudio social del funcionariado de la época. Houellebecq no podía faltar. Gracias por el aporte, saludos¡
EliminarA mí me gustó mucho Los excluídos de Elfriede Jelinek
ResponderEliminarGracias por el aporte. Lo anoto.
EliminarIndigno de ser humano de Osamu Dazai,debería estar forzosamente en esa lista
ResponderEliminarAnotado. Lo leeré y tal vez quepa en otra de cortarse las venas. Gracias.
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