Hablemos de Leonard Cohen y su poema póstumo dedicaco al rapero Kanye West…
“If thine is the glory then mine must be the shame”
Que Leonard Cohen es uno de esos personajes que incluso después de
muerto es capaz de seguir dando guerra no es ningún secreto. Buena prueba de
ello fue el bombazo que supuso su poema “Kanye
West no es Picasso”, convertido en viral y expandiendo su quehacer poético
por los mundos de la red como nunca antes lo había hecho.
¿El motivo? Quizá el estatus que la
muerte otorga en las redes sociales -y por ende en los medios de comunicación actuales-,
quizá porque un personaje tan mediático como Kanye West sea objeto de los dardos poéticos del genio de Montreal
o porque, simplemente, se trata de Leonard Cohen ofreciéndonos nuevos disfrutes
desde su tumba.
El caso es que este poema, extraído de The Flame: Poems Notebooks Lyrics Drawings, su multidisciplinar libro póstumo, publicado en octubre de 2018 y que recoge muchos de los últimos escritos poéticos que el canadiense firmara, acompañados de ilustraciones, autorretratos y el discurso que conmovió a propios y extraños en la recogida de su Príncipe de Asturias en 2011; constituye uno de los mejores ejemplos de por qué Leonard Cohen, el músico y el poeta, seguirá siendo uno de los referentes necesarios de la actualidad más inmediata.
Tras su muerte el 7 de noviembre de 2016, Cohen nos ha dejado dos poderoso trabajos
póstumos: The flame y Thanks for the dance (2019), un
álbum de despedida con temas inéditos producido por su propio hijo, que
sucediendo al asombroso You want it darker, completó una
discografía merecedora del término “sublime”.
"Kany
West is not Picasso": pues claro que no, Leo.
En febrero de 2016 el diario británico The Guardian, publicaba un artículo
en el que se preguntaba ¿Es Kanye West el mejor cubista del hip-hop?
La cuestión venía precedida por un discurso del rapero estadounidense ante
estudiantes de arte de la prestigiosa Universidad de Oxford. El lenguaraz músico
no se cortó un pelo en compararse con el pintor español y decir que si pintara
estaría a la altura de este...o más. Aunque el principal motivo para el titular
fue la publicación de su último disco, The life of Pablo, en el que al
parecer ya jugaba con este símil.
No queda del todo claro si el Pablo
referido era la figura del eminente pintor, aunque lo cierto es que West ya
había proclamado en alguno de sus conciertos estas equivalencias al soltar
frases como “soy Picasso, soy Miguel
Ángel, soy Basquiat, soy Walt Disney, soy Steve Jobs” …
El bisnieto del pintor, Florian,
dedicado al negocio musical, se apresuró a asegurar que se refería al artista y
que todos en la familia Picasso estaban encantados con el homenaje, ya que eran
fans de Kanye.
The
Guardian se pregunta entonces qué tienen en común el hip-hop y los
raperos con Picasso. Y es que, ya en
2013 el mismo Jay-Z le hizo al
pintor otro homenaje, este más explícito, en su canción “Picasso baby”. La respuesta, según el diario: una latente y
exhibicionista sexualidad ante la mujer objeto (Quiero un Picasso en my house/ Quiero un Rothko, no quiero un burdel/ no,
quiero una esposa que me folle como una prostituta), tantear el trabajo de
otros artistas, reelaborar pasos ya dados y mezclarlo todo creando un collage que
introduce elementos del mundo real, tal como lo hace Kanye West en sus
canciones. ¿La conclusión?: “Picasso
inventó el collage y lo usó como lo hace el hip-hop: para hacer que el arte sea
tan real como la vida”
Aunque a tal aseveración no le
falta algo de razón, podemos imaginar lo que pensaría Cohen al respecto leyendo
su logrado poema, fechado el 15 de marzo
de 2015, por lo que parece más probable que la inspiración le viniera de escuchar
a West rapear sus auto-equivalencias en el escenario, antes que de su
conferencia con estudiantes en Londres o de la salida del disco en cuestión.
Tan clarividente como de costumbre,
el poeta facturó unos versos tan imbuidos de modernidad que no solo se
convirtieron con rapidez en notición, sino en todo un hit viral, plasmado en
cantidad de diarios, tabloides, muros de twitter
etc.…y páginas musicales, algunas de ellas dignadas por fin a hablar de la
poesía del músico.
En el poema, plagado de
autorreferencias al estilo West, Cohen habla en sus primeros versos no solo de este,
sino de Jay-Z y Bob Dylan, a quien -ni
más ni menos- que Paul McCartney
comparaba para justificar la colaboración a la que se lanzó con el rapero en
enero de 2015: “Bob Dylan is a poet. And so is Jay Z, and Kanye”. El poeta
canadiense arremete de forma mordaz contra ambos astros del showbusiness de la cultura basura,
ironiza también con la tendencia de los críticos a comparar el producto del
momento con genios visionarios de la cultura occidental (introduciendo a Edison y Tesla) y hace referencia al incidente que el rapero protagonizó
robando el escenario a Taylor Swift
(“hice famosa a esa zorra”) durante
la entrega de premios MTV de 2009, en la que el megalómano rapero interrumpió
el discurso de la cantante para manifestarle al público una revelación: “dios me ha dicho que el mejor videoclip lo
ha hecho Beyoncé”.
Los dos últimos versos son toda una declaración de intenciones y un alarde de maestría, pues Cohen, pone un exquisito broche, revestido de elegante cinismo, para un poema brillante iluminado por su contemporaneidad más absoluta. La pieza podría ser perfectamente una canción hip-hop, incluida en el repertorio de cualquiera de los dos raperos mencionados, en su tradición de diss, de ataque e insulto a un compañero; zanjando la cuestión al lanzar la caña para el proceso de conflicto que puede conllevar (como se escenifica en la película 8 millas de Eminem), y al que se le llama beef.
Con su particular sentido del
humor, Leonard Cohen, que ya reconoció la relevancia del hip-hop, vuelve a
sorprender con su literatura y a renovar en el último suspiro su obra poética,
enfangada del propio juego al que quiere o parece querer criticar, llevándola a
unas cotas de modernidad totales. El poema es la propia respuesta para los
ataques que el poeta recibió de los fans del rapero, pues ese carca pasado de
moda les ha ganado en su propio terreno, solo porque lo querían más oscuro…
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