Poesía alternativa o cómo desear septiembre desde una vieja canción...
Una flor mis
sueños desperezan
el opio impostor
donde muere la libélula
Y vuelven
vestidas para cantar
las sirenas a
mi portal
Luces de neón
maquillan tu rostro
brillante disfraz
de polvo de estrellas
y el sol por
fin muere el batir
mi fe sus
alas de cera
ayer y hoy,
ayer y hoy
Renacen
sacudiéndose ceniza de crisálida
los días
venideros
Doblando sus
campanas tras la pista
veo a Ícaro
en el cielo
y ya no cae.
Huele a
alcohol quemado en los tejados
perfume a
rencor por el pasado letargo
Y viene
meciendo sus senos en viento
la tempestad
virginal
Puede que
sean mascaras de piedra
sin sexo ni
paz las nubes que observan
y su voz de
añil gotea por mi conciencia
sin tregua
que valga
ayer y hoy,
ayer y hoy
Recobran sus
colores las mejillas
hoy benditas
y carnales del silencio
un paraíso
explota en la palma de mi mano
mientras
siento que ya no cae
El héroe se
suicida y nace el hombre
colocando a
mi guardián entre el centeno
se inventan
laberintos de la ruina
con su
minotauro hambriento.
Renacen
sacudiéndose ceniza de crisálida
los días
venideros
Doblando sus
campanas tras la pista
veo a Ícaro
en el cielo
y ya no cae,
no cae.
© David de Dorian, 2003
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