Hablemos de la noche y de 10 canciones sobre la noche para amantes de lo nocturno...


“Cuando tengo necesidad de religión pinto las estrellas”  Van Gogh

Desde los tiempos de la Antigüedad clásica hasta nuestros días, la noche ha sido una fuente inagotable de inspiración y misticismo personal. Pocas cosas hay que fascinen tanto como la noche y muchas de las que existen están diluidas en ella. Porque la noche tiene forma de mujer, y nombre de diosa, Lucina, Diana, Hécate…y sus criaturas devoran todo lo que encuentran y te escupen al abismo de su oscuro precipicio, convertido en estrella, preparado para conocer el secreto de lo que existe y acontece fuera de los ojos de los hombres.

La razón no domina en la noche y en ella damos rienda, en el suave manto de sus brazos, al pathos libre de un espíritu escondido en la luz de las mañanas. Porque la noche es música, es musa, es el sonido de cada esquirla de misterio en las ciudades, en los bosques, en los ojos de quien vela, y la música se extiende y la noche y la luna y sus estrellas observan que planea, escuchan el canto que brota de tu psique hoy potente mañana descompuesta.

Pero siempre habrá una canción donde mecer el ánima arruinada o triste o efusiva o agotada naufragando en su oleaje:  

1- Tonight we fly (THE DIVINE COMEDY)
Los niños de la noche aúpan sus juguetes para que la luna les cante una sonata. Imagina el Big Ben tras la ventana, las campanas doblando y uniforme de pijama, y ¡a volar! Eres el Peter Pan del XXI, no dejaste jamás de ser un niño y los violines te enseñan el camino, la infancia del voyeur en este mito, chimeneas, luces salpicadas, Margarita y el maestro y un cerdo con lentes llevando en su desnudez mujer divina, y las figuras de Chagall que te saludan y el sueño, el sueño que suave acaricia tus mejillas, y la musa, la musa que te arropa para escapar lejos de la noche verdadera, que no es más que la que alumbra ocultando tus sueños a los hombres que la arrendan.

2- Nightgclubbing (IGGY POP)
Pavimentos que se pegan a la suela y el humo invocando ser acuchillado. Olor a naftalina y alcoholes de fregar y de beber. Neones tras orines y rendidas criaturas. Chacales, chacales urbanos al caer la sombra. En la noche de los sacrificios rituales la doncella con sus labios carmesí morirá atravesada en las paredes vomitadas. La ofrenda al cuerno de Diana y sus latidos al compás de perdidas bocanadas. Hay un sofá en la esquina del club donde la nube ocultará los dividendos que la diosa te paga por su sangre, y allí solo ese beat de tempo calmo y los hielos le susurran a su hoja blanca carne tremebunda ensangrentada.

3- Tides of the moon (MERCURY REV)
Olas que se acercan compinchadas invocándole al ensueño, los hilos de su manga se mecen al viento. La dulce somnolencia, la pálida cara rugiendo en silencio, el vaivén evocador de sus cabellos. El mar acoge un alma extraviada cuando la noche hace caer su velo negro. Un acorde secreto se muestra en su espejeo, nunca alcanzarás andando sobre el agua su sonido argento sacado de sus dedos. Un acorde secreto en sus reflejos. Húndete en la una o en la otra, que todos son hijos de Nix y agasajará tu cuerpo, con la llave de su gracia le abrirá los párpados al cielo. No intentes cantarle al suave viento, solo deja que te eleve.

4- End of the night (THE DOORS)
Cuando comenzaste a caminar sobre el asfalto su suave ala protegió tus pies descalzos, cubrió tu cuerpo en lechos de delicias innombrables y en los tejados de Los Ángeles el verano hacía de las suyas con la carne de los adolescentes. Lejos de la fría lápida un hombre cultiva sus palabras para que los cisnes de la noche lo conviertan en canto. Céline ha renegado de los hombres, una sombra le acompaña. Un hombre ha sucumbido en la espesura, al final del camino su aliento parecía de escarcha y la tribu de los niños le bailaba a su fantasma.. Volverá, y en sus límites cantará su espectro para avisarnos y alentarnos a llegar al final de la noche.

La inocencia chupada por un pálido vinilo luminoso. La timba de póker, el lupanar sediento, la luna preñada de designios en el cielo obsceno, la canallesca piara romperá tus huesos, tu corazón alado. “¡Oh noche! Puesto que tú en verdad posees a Venus, más que los otros dioses” Bebe de tu vaso, que el agrio licor de lo que ya se muestra no empape de desgana tu Ítaca añorada. Que hay ángeles en el sucio firmamento para limpiar las manchas de luz que las duquesas dejan en los pantalones, que ese disco sonando pide un rincón donde atrapar senos de leche. La noche a veces huele a eso. Siempre habrá una mujer para un blues noctámbulo.

6- Gone (THE ESSENCE)
Este réquiem ha venido para llevarte donde no pueden las palabras. Algo sagrado flota en la pérdida si es en la noche donde sus criaturas le arrancan a tu juicio sus miembros. El dolor se siente acorde en su armonía, en su manto la guitarra acomete su lamento, y todos los que escuchan en la soledad de sus buhardillas o en la boca abierta de los cielos dinamitan el recuerdo. Hay canciones que te pierden en la nada de sus notas, naufragando cual Ulises en la cósmica armazón de sus adentros, nadando en la musa, ardiendo en el frío surco de la espuma, procediendo a la autopsia del anhelo con el bisturí estelar bien afilado.

7- The killing moon (ECHO & THE BUNNYMEN)
He oído que se colará en tu cama para degollar tu sueño, que bajo la luna azul vio tus ojos y decidió besarlos, acunándote en sus labios. He oído que te hizo príncipe y consorte y licántropo sicario. He oído un estribillo que dice que el destino corre entre sus dedos, donde aves sombreadas recorren los abismos. Los mitos aúllan en espurios cantos la pieza en contrapunto de su Olimpo olvidado. He oído que una sed atroz le estalla el ánima y en tus entrañas busca su alimento. Y he oído que mientras duermas en el plácido perfume de sus vestidos su daga brillará hundida en tu cuello.

El amor es ciego y otro réquiem a los astros que enseña su falda levantada, su falda de niña que otorga el vistazo que todos quieren con baba en sus hocicos. Las calles trepando a las bocas de los cielos, la noche cazándote al vuelo, el desliz de las palabras, el error de las miradas, el ahogo, el océano, el cadáver de antemano tendido ante sus dulces senos, el misterio del dolor que tiene algo de bello… Homeros que ladran su epopeya con el perro guía muerto, las dunas estrelladas, las estrellas adueñadas de tu ciego amor en verso. No hay poema más divino en la noche que aquél que cuenta cómo un hombre le confesó sus secretos y esta le dio paz y un don sereno.

9- A night like this (THE CURE)
Una noche como esta dirás adiós y serás piedra. Una noche como esta dejarás de encontrarte en su simiente y aturdido buscarás sin éxito tentando el tacto de sus medias. Una noche como esta querrás cambiarlo todo. No habrá en la luna una respuesta, no sonará sino una voz hecha de tretas. Contagiarás a tus fantasmas la épica cadencia de acordes dislocados, sucumbir al ocaso tal vez, pero sucumbir al ocaso, en una noche como esta, que es tu noche, que es tu estrella, perdido y jamás recuperado, para que un cometa haga crecer en tu boca el canto de la pérdida.

10- Nights in white satin (THE MOODY BLUES)
Endimión, desea adueñarse de tu alma, Endimión, que sueñas en la plácida linde de la muerte. Los acantilados y el bravo oleaje que canta, y te canta a ti y te encanta, y en su semblante de augusta palidez espera tus latidos, labios de néctar en la noche, tus manos de varón en sus mejillas de plata. La espuma golpea las rocas, la citara alienta la marea, los focos de algún coche en el camino de la madrugada, los caballos blancos de la mar responden con las crines enturbiadas, Endimión, te ama, te ama, como yo amo a la noche, como no soy sin noche, como no sin su musa atizándome el oído, como no estos lienzos que se cosen a la pupila mientras cantan sus sirenas.

Puede que tú no sientas lo mismo ante cada una de estas magníficas canciones surgidas de la noche, pero a buen seguro tienes tu propia sonata nocturna para acompañarte en las veladas noctámbulas de quienes saben que al final de su recorrido se encuentra el agridulce arcano descifrado en los parpados somnolientos de quien le gana el pulso.    

© David de Dorian, 2014

luna y gato



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