Hablemos de 101 discos de los 90 clásicos y no tan clásicos...
22- SO TONIGHT THAT I MIGHT SEE, 1993 (MAZZY STAR)
El segundo disco del dúo formado
por Hope Sandoval y David Roback despertó el interés de público y crítica
gracias al enorme éxito de la intensa “Fade into you”, una pieza delicada y
romántica, perfecta para bailar en pareja bajo el iluminado quiosco de música
del parque arropaditos por el manto nocturno (sí, de final de teleserie). So
Tonight… se mueve entre el rock clásico, el folk, el country y la psicodelia
(Velvet Underground –“So tonight that i might see”, Doors –“Mary of silence”–);
el dream-pop de suaves texturas, y atmósferas de ensueño. Todos sus temas
transcurren como en un sosegado trance conducido por una hermosa y soñolienta
voz, flotando, profundo…
23- FOREVER BLUE, 1995 (CHRIS ISAAK)
Una declaración fiel del estado
de ánimo de este californiano de aterciopelada voz y agraciados falsetes. Isaak
vuelve a entregarnos un gran trabajo, de canciones sencillas y encantadoras,
donde exorciza los demonios del amor. Un duelo suavizado por la brisa del
Pacífico, con reminiscencias al Roy Orbison más melancólico. De la rabia en “Go
walking down there” al ruego y la resignación de “Don´t leave me on my own” y
“There she goes”, la reflexión crepuscular en “Changed your mind” y esperanza
en “I believe” para caer de nuevo por siempre depre en su corte final.
Destacamos dos joyas imperecederas “Baby did a bad bad thing” (en Eyes Wide
Shut) y “Somebody´s crying”.
24 - PEOPLE MOVE ON, 1998 (BERNARD BUTLER)
Bernard Butler: músico (ex-guitar
heroe de Suede) y productor (The Libertines o Duffy), representa el eterno
genio inadaptado. Tras la dolorosa ruptura con los de Brett Anderson “el Neil
Young de los 90” por fin se decidió a hacerse oír. Su debut fue el exorcismo de
un artista introvertido y apabullante, al que le sobró talento y le faltó
orientación (y una gran voz). El sello propio del músico se encuentra en la
elegante grandilocuencia de su producción, un sonido exuberante y arreglos
preciosistas –“You´re not alone”, “You just Know”-, en intensas composiciones
de tez melodramática y épica cargadas de intimismo, esperanza, melancolía y
trazos personales –“Stay”-. El humilde desquite de un genio humilde.
25- TEN, 1991 (PEARL JAM)
Compartiendo el reino grunge
junto con Nirvana, los Pearl Jam debutantes acusan un mayor clasicismo en pos
de una mayor madurez compositiva. Rabia sí, pero con menos vómitos de mártir
poseído a lo Cobain y más aptitud musical. Y es que Eddie Vedder siempre fue un
intelectual de las emociones extremas. 11 temas de rock tempestuoso cuyo primer
corte, “Once”, nos deja muy claro que oscuridad y melodía irán de la mano,
combinando un sonido duro de guitarras intensas con formato de himno. La voz de
Vedder, profunda y potente, sensible y ruda a un tiempo, le canta a los
aspectos más deprimentes en relatos impregnados de sucio realismo como “Alive”
o “Jeremy”, clásicos impagables que siguen cautivando a una generación perdida
ya en la treintena.
26- TWISTED TENDERNESS, 1999 (ELECTRONIC)
Electronic es el proyecto formado
por dos super-héroes de renombre tras su dorada época en los 80`: Bernard
Summer (Joy Division, New Order) y Johnny Marr (The Smiths). A las voces y la
guitarra respectivamente, consiguieron con su tercera entrega un disco potente
y precursor de los posteriores trabajos de la banda de Summer. Twisted tenderness es un homenaje al
sonido más puramente Manchester, rock tecnológico al servicio de unas guitarras
poderosas y una voz carismática. Canciones redondas y contundentes, de letras
arrogantes y rabiosas, riffs aplastantes y melodías contagiosas como las de
“Vivid”, “Make it happen”, “Like no other” o “Late at night”, todo un lujo que
la vieja escuela para abrir la puerta al nuevo siglo.
27- WISH, 1992 (THE CURE)
El disco más pop, ligero y
accesible de la banda del lacrimoso Robert Smith fue también el de mayor éxito
internacional y comercial. Wish emerge
de entre las sombras de su aclamado predecesor, Disintegration (1989). Extrañamente agradable de escuchar, incluso
reconfortante, este noveno álbum de Cure mantiene su clásico romanticismo
sempiterno e hipocondríaco, esta vez con un trabajo directo y apartado de
densidades oníricas y dilatados o calamitosos paisajes sónicos – megahit
“Friday i´m in love”–, bajo cuyas risueñas melodías –“High”, “A letter to
Elisse”– se descubre el mismo espíritu torturado y desesperación sombría de
siempre –“Trust”, “Apart”–, perfecto
para findes solitarios.
28- BRINGING DOWN THE HORSE, 1996 (THE WALLFLOWERS)
Que su padre sea Bob Dylan tal
vez no le ayudó demasiado al bueno de Jakob en su carrera musical, hasta la
publicación de su segundo disco, o sí. Nada mejor que 11 maravillosos temas
para demostrar que el apellido si pesa es por culpa del talento heredado. “One
headlight” pegó fuerte en nuestro país, tardíamente, cierto verano en el que
Laura y una flaca no dejaban de agobiarnos y descubrimos una banda de rock
americano contemporáneo de adictivas composiciones envenenadas de tenue
melancolía a cargo de la taciturna voz del hijo pródigo. Agradable de principio
a fin, “6th Avenue heartache”, “Three Marlenas” o “Josephine” bastan para
volver a repetir y emocionarse.
29- DEFINITELY MAYBE, 1994 (OASIS)
“Esta noche soy una estrella del rock´n´roll”. Así se las gastaban
los hermanos uniceja en el excitante corte que abre el sublime álbum de debut
de los mancunianos. Un disco arrebatador y jovial, repleto de mayúsculas
canciones, estribillos palpitantes y melodías pegajosas. Definitivamente quizás
es una celebración en medio del desquiciado año 94, el camino a convertir el brit-pop en clásico. Homenaje tras
homenaje en cada riff – Kinks, T-Rex, Beatles…–, Noel Gallagher y su guitarra
recuerdan la portentosa capacidad del pop-rock para reinventarse. Si no
escuchen estos HIMNOS: “Cigarretes & alcohol”, “Supersonic”, “Live
forever”, joya tras joya y la colosal-gran “Slide away”.
30- ULTRA, 1997 (DEPECHE MODE)
Con un David Gahan completamente
hundido por su adicción a la heroína y sus escarceos con la muerte comenzó la
gestación de uno de los mejores trabajos de Depeche Mode. Clasificado como obra
de transición, Ultra fue su disco más
oscuro en mucho tiempo, y el álbum de la rehabilitación en más de un sentido.
Notablemente influido por el trip-hop
en auge, en él continuaron la línea rock de trabajos precedentes, con un toque
industrial que retoma su característico sonido electrónico. El resultado fue
una hora de elegancia noctambula y temas enormes, todos compuestos por Martin
Gore: todo un paso más allá con “It´s no good”, “Home”, “Useless” o “Barrel of
a gun”.
31. LAID, 1993 (JAMES)
“My therapist said no to see you no more, she said you´re like a
disease without any cure”, línea tremenda de “Laid”, junto a “Sometimes, when i look deep in your eyes i swear i
can see your soul” capaces de levantar cual resucitamuertos un estadio entero.
Ambas las niñas nerviosas cargadas de adrenalina de una familia que se mueve
entre un sensual sosiego –“P.S”– y la profunda reflexión –“One of the
three”,“Dream Thrum”– Su octavo álbum, comandado por Brian Eno, produce un
efecto catártico con su exacerbado lirismo –“Say something”– cantado sin
afección ni drama, a veces con una energía explosiva de lo más
sugestiva-provocadora por un chamán llamado Tim Booth.
© David de Dorian, 2013
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