22 de Julio de 2013
Estimado Sr. Roig:
Me pongo en contacto con usted para ofrecerle una
alternativa algo menos peliaguda, pero igual de filantrópica, a su loable
afición como mecenas de la era moderna. Consternados positivamente por su
enorme corazón ayudando a salir adelante a ciertas causas cuyas herramientas
son igualmente elementos como la palabra, la ficción, la fantasía o el
subterfugio y la tergiversación lingüística, hemos decidido como buenos ciudadanos,
y sobre todo como jóvenes emprendedores, presentarle nuestro humilde pero
interesante proyecto.
A una gran persona como usted, que gusta de emprender
desinteresadas actividades financieras por el simple gozo de ver cómo un
entorno con el que simpatiza crece, no solo popular y mediáticamente, sino de
forma espiritual, hasta conseguir llegar a esa cumbre donde al fin puede usted
sentir que su ayuda ha sido de una inestimable categoría, seguramente le
entusiasme y hasta le llene de dicha lo que a continuación paso a proponerle.
Con el objetivo de que sus expectativas como mecenas postmoderno no se apaguen
en la insondable negrura de unas simples normitas legislativas y de que pueda
conseguir de nuevo esa sonrisa autocomplaciente dando un empujoncito a otro
propósito bien avenido, hemos decidido hacerle llegar esta misiva para que nos
financie nuestro proyecto editorial.
Por supuesto el atrevimiento debe ser disculpado por el
espíritu emprendedor que nos define y con el que tanto se llena usted la boca.
¡Quién mejor que el Sr. Roig para nuestros fines!, nos dijimos, mejor que
Crowdfunding este digno caballero. Y henos aquí. Quién lo diría, escribiendo
estas sentidas líneas a un hombre hecho a sí mismo que ahora dedica su limitado
tiempo a ayudar a que otros vean cumplidos sus más húmedos sueños. Ya, ya
sabemos que igualmente, gracias a esa ánima tan desinteresada de supramecenas
que usted posee, va a ayudarnos a llevar a cabo nuestras ideas. Pero déjeme que
le explique un poco, deme esa oportunidad antes de echar mano a su billetera
Salvador Bachiller. Bueno, le dejamos que vaya ingresando los miles de euros
que considere oportuno ya que lo desea, sólo por la admiración que le
profesamos, aunque voy a explicarle la fabulosa idea que tengo en mente.
Comenzaré primero por justificar su maravillosa aportación,
ya que no quisiera parecer descortés ni pedigüeño, ni uno de esos perroflauta
que piden “por la voluntad” a golpe de pitidos en las calles (Dios me libre),
siendo yo una persona que se caracteriza por la finura de sus actos y un
pensamiento arraigadamente antropológico, algo así como usted, sin su
reconocible éxito, por supuesto... ¿Por qué debe usted financiar nuestro
proyecto con unos pocos de miles de euros? (Ya ve que no pido gran cosa; nada
que usted desconozca o de lo que no disponga). Porque yo compro en Mercadona.
Sí. Soy uno de sus más fieles clientes y nunca falto una semana a realizar mi
compra en sus supermercados de calidad. Mercadona, o como yo lo llamo, “el
mercado de las mamás interesantes”, ha llenado mi despensa desde hace ya largo
tiempo. Pero vamos a lo que a usted le interesa, esos proyectos que tanto le
gustan, donde hay palabras, metáforas, calambures, fantasías y hasta cortos,
mucho corto, relatos digo. Con esto ya supongo que se siente usted como una
joven pareja recién viviendo juntos por los pasillos de su Mercadona querido,
como pez en el agua.
No me entretengo más, mi proyecto editorial se llama Nanas
Ediciones Clandestinas (ya imagino que dos de esas tres palabras le han izado
el alma, ¿verdad que le gusta?). Es un proyecto, como ya le dije, humilde (como
usted), y que sobre todo desea dar la oportunidad de publicar a nuevos autores,
escritores críticos con la realidad que les rodea…Oh, no, no se preocupe por lo
de críticos, ellos también compran en Mercadona. Ya sé que no es su estilo
recibir favores de ningún tipo por sus suculentas aportaciones monetarias –casi
tan suculentas como su ensaladilla rusa envasada-, pero (creo que acabo de
lanzarle una muestra, así, como si nada) nos va a permitir que le agradezcamos
como se merece esta generosa y magnánima y rumbosa ayuda con lo que mejor
sabemos hacer, y le pido ya su correspondiente beneplácito para que, de algún
modo, tengamos en cuenta tanto amor al prójimo. No sé, quizá una extensa y
almibarada oda a su hija celíaca; tal vez un emocionante relato épico entre las
apetitosas salsas del Mercadona, como si lo viera, la de pimienta en guerra
santa contra la de yogur, sin despreocuparse de lo romántico en la tierna
relación amorosa entre la tártara y la roquefort, a quien su madrastra la
vinagreta arrastra a una ensalada de celos y sabrosas mentiras; o por el
contrario, un hombre sensible como usted, puede que prefiera las piezas
dramáticas en verso y disfrute a base de sonetos en continuo diálogo entre
champús y geles, algo limpio y placentero para los sentidos. Lo dejo a su
elección.
No quisiera aburrirle en demasía, ni despedirme sin
concretar los pasos a dar para recibir el ingreso en mano de su dádiva, que le
adjunto en nota aparte, y que imagino será en lustrosos sobres, como de
ordinario y con recibí manuscrito. Por cierto, nosotros también le
obsequiaremos a usted con un ejemplar de nuestro `Nanas de Ciencia Ficción´
(sabemos que le gusta la ciencia ficción, distopías si no me equivoco, ¿cierto?
-aunque este no trata de nada de eso-), para que no se vaya con las manos
vacías, un detallito, que también lo entregamos en un sobre, por supuesto.
Termino estas líneas recordándole nuestra admiración por encumbrar causas tan
afines, puesto que como un compañero de letras dijo una vez: “algunos piensan
que la poesía no sirve para nada, por lo que veo a cada rato, la política
tampoco”.
Sus productos sin gluten y nosotros sin complejos.
Sin más, se despide con un cordial saludo,
David de Dorian, emprendedor
PD: le felicito por sus donuts de chocolate, son una
verdadera delicia y me los como de cuatro en cuatro, el pack entero
P.D.2: ¿sería tan amable de dar un toque a la empresa de
´Cereales y fibra´ para que echasen menos pasas en sus bolsas? Exageraos. Como
las noticias del día nada…, ya sabe.
Alguna hilarante respuesta a esta carta y otras sugerencias de queja contra Mercadona pinchando aquí
Alguna hilarante respuesta a esta carta y otras sugerencias de queja contra Mercadona pinchando aquí
© David de Dorian, 2013
(Ilustración: Sebastien Thibault)
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